Amado mío, desearía
saber qué pensar, qué sentir, qué escribir, desearía que las dudas se disiparan
como se disipa lo que siento por ti cada vez que veo esos ojos que causan estragos
hasta en la punta de mis pies, muchas veces he deseado no sentir tanto, no ser
tan susceptible a ti, a lo mucho que sonrió después de tener noticias tuyas, me
asusta pensar que algún día cuando sepas todo lo que siento te asustes, te vayas,
desaparezcas como todo lo que he amado y ha partido así siento que te irás, me
asusta esa idea, me duele la idea, me dueles tú, me duele lo que pasa cuando hay
más distancia de la que debería haber, me duele la indiferencia con la que correspondes
a los detalles que hago para verte sonreír, sé que te cuesta sentir amor, que
tienes dudas, que tienes miedo de amar porque sabes que una vez que lo logres
ya nada será igual, desearía ser la primera persona por la que sintieras amor, pero aunque no lo
fuera, desearía ser la persona que vas a ver toda la vida, a la que vas a tomar
de la mano y caminar, a la que miraras
cuando tengas 80 años y te sonría pensando que tus ojos son el universo más
bonito creado por Dios. De verdad deseo eso, deseo un amor de un siglo como mínimo,
no de una eternidad porque las eternidades pueden ser cortas, deseo un amor lento,
de esos que durarán hasta que se vean los cabellos blancos en la cabeza, deseo
tu aroma a veguero en tu saco que te hará lucir adorable bajo esas canas blancas
que brillan al sol; eso deseo. Te deseo.
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